La audiencia pudo conocer de primera mano los conceptos básicos Demand Driven y el impacto que sus reglas y procesos tienen en los principales KPIs de las empresas. La mejora del nivel de servicio y la reducción de stocks, frecuentemente, se ven acompañados de un aumento en la facturación. Esto es posible gracias al poder de los buffers.
Herramientas de planificación y ejecución, los buffers permiten desacoplar el efecto bullwhip en cada eslabón de la supply chain. Esto permite conseguir planificaciones más estables. La reducción del número de urgencias, y los consiguientes costes asociados, aumentan los recursos disponibles. Por ello, aflora más capacidad para comprar y/o producir lo que demanda el mercado realmente.
La gran mayoría de ERPs actuales gestionan la necesidad de materiales con MRPs (Material Requirements Planning). Estos algoritmos fueron creados hace más de 50 años. Entonces existía un exceso de demanda y el cliente no era el centro de la cadena de sumistro. Si el escenario para el que se diseñaron ya no existe…¿cómo es posible que den soluciones al escenario actual?
Si a esto le añadimos la creciente complejidad y volatilidad de los mercados, que cada vez exigen más velocidad y personalización, y que las previsiones de demanda no son reales, por definición, tenemos un problema. Problema que por fortuna tiene solución. Esta solución se llama Demand Driven MRP.
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