Con el desarrollo, a partir de Internet de las Cosas, de la Industria 4.0. la industria se enfrenta a un nuevo reto: el desarrollo de una normativa que regularice su funcionamiento. Esto se traduce, también en la necesidad de aumentar las inversiones y mejorar los estándares de seguridad de la Industria 4.0.
Según un reciente estudio de la interprofesional alemana BITKOM, los beneficios que la Industria 4.0 traerán a la Economía se centrarán, principalmente, en cinco campos; sistemas integrados, fábricas, redes inteligentes, cloud computing y seguridad en las Tecnologías de las Información. Además, dicho estudio prevé la generación de un muy importante valor añadido, a nivel mundial, en proyectos de ingeniería, construcción de plantas industriales, ingeniería eléctrica y automotriz, químicas y agricultura.
Es evidente que la importancia de la Industria 4.0 será creciente en los próximos años. Sin embargo, aún tiene cuestiones importantes que resolver para que ese crecimiento sea pleno y sólido… sobre todo en campos como la conectividad para el mantenimiento predictivo y el análisis de Big Data. Para conseguir esto, se hace necesario resolver, antes, un problema existente en la actualidad, como es la falta de cooperación entre los distintos actores del mercado (los proveedores de hardware, software, servicios e infraestructuras de comunicación).
Además, otra cuestión a resolver sería que muchos de los dispositivos industriales, actualmente en uso en las fábricas, no fueron diseñados para trabajar interconectados, lo que dificulta la creación de redes de conectividad. Para salvar esta dificultad, los desarrolladores tendrán que ser capaces de construir pasarelas que soporten, prácticamente, cualquier protocolo de comunicación.
En los protocolos de encriptación End-to-End la seguridad es esencial y, precisamente, uno de los retos a los que se enfrenta la Industria 4.0 es garantizar esta seguridad. Por poner un ejemplo, la mencionada encriptación End-to-End se basa en el protocolo SS7, ya ha provocado diversos problemas de seguridad a empresas de comunicaciones como Wassap. El problema es que el SS7, utilizado en el establecimiento de llamadas, la traducción de números, y el envío de SMS (entre otras aplicaciones) fue desarrollado en el año 1975 y, desde entonces, apenas ha cambiado. No son pocos los expertos en seguridad que vienen alertando, desde hace tiempo, de posibles agujeros en el protocolo SS7… unas deficiencias de seguridad que expondrían nuestras charlas y permitirían, a terceros, espiar nuestras conversaciones.
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