La resistencia al cambio suele tener una connotación negativa. Lo que sí tengo muy claro es que todos los humanos la tenemos, más o menos, por lo que debe ser algo lógico. Desde que somos pequeños la rutina nos da seguridad, el cambio nos crea una sensación de peligro, algo puede salir mal. Creo sinceramente que el problema no es el cambio, sino la incertidumbre que provoca el cambio. A los humanos no nos gusta la incertidumbre.
El primer nivel de resistencia al cambio es ser consciente de que tenemos un problema. Si no tengo un problema no tengo necesidad de cambiar. En el mundo empresarial es evidente cuando hay problemas. Los problemas pueden tener impacto en nuestro día a día. Puedes tener problemas de cumplimiento de plazos de entrega, problemas de liquidez, problemas de servicio al cliente, problemas de calidad, o otros más grandes llamados ERE’s.
Es tontería hablar de la solución al problema si el interlocutor con el que tratas no es consciente del problema o no está de acuerdo en CUÁL ES EL PROBLEMA. Esto es la clave para superar el primer nivel, CONSENSO EN EL PROBLEMA.
Una vez que hay ese consenso ya podemos a empezar a hablar de una posible solución. En gestión, la solución a los problemas es incorporar nuevos métodos, con las nuevas políticas, reglas e indicadores asociados, que deberán TRANSFORMAR LA REALIDAD. Este segundo nivel de resistencia se supera cuando hay acuerdo en que la nueva metodología elegida parece que puede solucionar el problema. Tenemos pequeñas dudas, pero promete.
Es en este momento cuando aparece el tercer nivel, los famosos SI, PERO. Un pequeño Sí y un gran PERO. Estos peros, son conocidos como efectos colaterales. Véase lo que pasó con la ley de Sí es Sí. Estos peros son la clave para mejorar la solución. Cualquier solución va a provocar efectos colaterales, pero por ello no debe abandonarse la solución. Sólo está incompleta, y por cada pero debemos añadir algo para COMPLETAR LA SOLUCIÓN. Los peros nos dicen por qué la solución es incompleta, no que es mala. Por ejemplo si nos duele la cabeza la solución puede ser una aspirina, pero hay personas a las que les provoca ardor de estómago y deben tomar un almax. La solución al dolor de cabeza es aspirina y ALMAX.
El cuarto nivel de resistencia son los obstáculos que nos impiden poner en práctica la solución. Es algo que nos bloquea, por ejemplo no tengo aspirinas en casa y la farmacia está cerrada. La de guardia está a 15 minutos en coche y no tengo forma de ir. Los obstáculos se superan con objetivos intermedios que se acaban convirtiendo en un plan de acción.
Cuando ya no hay obstáculos nos adentramos en el quinto nivel, llega el día D y la hora H y nadie hace nada. Miedo al fracaso. Este nivel no es lógico, es emocional, y se supera con liderazgo. Pero esto ya es materia de otro post. En el libro de la foto tiene muchas pistas para superar este nivel, es de lo mejor que he leído sobre liderazgo en mi vida.
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El primer nivel de resistencia al cambio es ser consciente de que tenemos un problema. Si no tengo un problema no tengo necesidad de cambiar. En el mundo empresarial es evidente cuando hay problemas. Los problemas pueden tener impacto en nuestro día a día. Puedes tener problemas de cumplimiento de plazos de entrega, problemas de liquidez, problemas de servicio al cliente, problemas de calidad, o otros más grandes llamados ERE’s.
Es tontería hablar de la solución al problema si el interlocutor con el que tratas no es consciente del problema o no está de acuerdo en CUÁL ES EL PROBLEMA. Esto es la clave para superar el primer nivel, CONSENSO EN EL PROBLEMA.
Una vez que hay ese consenso ya podemos a empezar a hablar de una posible solución. En gestión, la solución a los problemas es incorporar nuevos métodos, con las nuevas políticas, reglas e indicadores asociados, que deberán TRANSFORMAR LA REALIDAD. Este segundo nivel de resistencia se supera cuando hay acuerdo en que la nueva metodología elegida parece que puede solucionar el problema. Tenemos pequeñas dudas, pero promete.
Es en este momento cuando aparece el tercer nivel, los famosos SI, PERO. Un pequeño Sí y un gran PERO. Estos peros, son conocidos como efectos colaterales. Véase lo que pasó con la ley de Sí es Sí. Estos peros son la clave para mejorar la solución. Cualquier solución va a provocar efectos colaterales, pero por ello no debe abandonarse la solución. Sólo está incompleta, y por cada pero debemos añadir algo para COMPLETAR LA SOLUCIÓN. Los peros nos dicen por qué la solución es incompleta, no que es mala. Por ejemplo si nos duele la cabeza la solución puede ser una aspirina, pero hay personas a las que les provoca ardor de estómago y deben tomar un almax. La solución al dolor de cabeza es aspirina y ALMAX.
El cuarto nivel de resistencia son los obstáculos que nos impiden poner en práctica la solución. Es algo que nos bloquea, por ejemplo no tengo aspirinas en casa y la farmacia está cerrada. La de guardia está a 15 minutos en coche y no tengo forma de ir. Los obstáculos se superan con objetivos intermedios que se acaban convirtiendo en un plan de acción.
Cuando ya no hay obstáculos nos adentramos en el quinto nivel, llega el día D y la hora H y nadie hace nada. Miedo al fracaso. Este nivel no es lógico, es emocional, y se supera con liderazgo. Pero esto ya es materia de otro post. En el libro de la foto tiene muchas pistas para superar este nivel, es de lo mejor que he leído sobre liderazgo en mi vida.